Pereza

En estos días, me dedico a empaquetar mis restos de vida estudiantil, y aparece el famoso "libro de Inspiraciones" de los dos últimos años. Lo miro, veo que en el 2007 había ya flecos, y en el 2005 pitón, y los pantalones de campana, los llevé ya en su revival que coincidía con mi tierna época de teenager. 

Todo ello me provoca el doble sentimiento de pereza, por volver a llevar lo que ya he llevado, en mi relativamente corta existencia; peplejidad, porque en Zara puedes salir, literalmente disfrazada de los Ángeles de Charlie; y dubitativa.

¿Dubitativa porqué?, me diréis. Ahora mismo, lo único que despierta mi curiosidad, tras años de cantos de sirena capitaneados por Anna Wintour, es si dejarme o no, seducir por las pieles. Claro que viviendo en Rusia, la perspectiva ha variado, y más teniendo en cuenta lo útiles que pueden llegar a ser aquí.

Igualmente sigo con la duda...

Lo que más me gusta: los metalizados: ya compré en las rebajas del pasado invierno en Mango un pantalón dorado, siguiendo la inspiración de la gran Julia Martínez. De hecho, los dorados han sido lo único que llamó mi atención en mi última incursión zarera. 

¿Vosotr@s que decís? ¿Pieles, dorados, campanas, pitón o nada?